12/05/2012. Siempre es interesante dialogar con un
intelectual de la época, un analista de la realidad, y más aún si es un
investigador y actor de la actualidad. En el Café del Oeste del domingo pasado
tuvimos la oportunidad de entrevistar a Ricardo Forster, filósofo y ensayista,
miembro del Espacio Carta Abierta, y pudimos conocer su opinión sobre muchos de
los grandes tópicos de la coyuntura política nacional y mundial. Por Nicolás
Salvi.
Siendo la expropiación de YPF el punto de partida en nuestra
charla, dio pie para que Forster sentara su posición a favor de la expropiación,
marque los puntos que lo hacen cercano a las políticas del gobierno nacional,
analice el rol actual de la oposición tradicional y la izquierda independiente,
y haga sus observaciones de la crisis
europeas y algunos gobiernos provinciales de nuestro país
¿Cuál es tu opinión de la expropiación de YPF?
Bueno, queda claro que estamos en un momento de inflexión,
en un momento histórico. La recuperación de YPF atraviesa cosas esenciales de
la vida argentina, no es solamente la recuperación del petróleo, de la
soberanía energética, sino que también tiene una carga simbólica, cultural, identitaria
y atraviesa toda la historia del siglo XX, golpes de estado, proyectos
económicos frustrados, expansión geográfica, expansión de pueblos. YPF tiene
dentro suyo una carga simbólica y es una cantera, valga la expresión “de tantas
historia argentinas” que, volver a sentir que esas tres letras que conforman
una sigla cuantiosa de la historia argentina vuelven a encontrarse con su
destino nacional, creo que da pauta de lo que ha significado esta semana y la
decisión del gobierno nacional de expropiar a Repsol para reconstruir YPF.
¿Qué te pareció el
papel de la oposición, en este caso, la mayoría alineada a esta política de
estado?
Me parece que se expresó justamente la carga, la dimensión,
la importancia de YPF, que toca y corta transversalmente a una parte
fundamental de la sociedad argentina, salvo una derecha ultra liberal como la
que puede expresar el PRO y el Macrismo. Estamos frente a una decisión que es
mucho más amplia, hace que el radicalismo también reconstruya su propia
historia, que se sienta parte de esta reconstrucción de YPF, y está muy bien. Está muy bien que haya causas nacionales que
pueden englobar a distintos sectores que tienen incluso miradas muy opuestas de
la coyuntura.
¿Qué opinión te
merece el pedido de la oposición al plantear que quienes hoy expropian
fueron los que en los 90 privatizaron y su
reclamo por escuchar un arrepentimiento dialectico de la presidenta?
A ver, yo creo que el que se opone, por ejemplo el diario La
Nación que habla de “confiscación”, lo pone en la tapa, asume el punto de vista
de Repsol que es una empresa privada, ni siquiera de capitales puramente
españoles, creo que se dan cuenta de su historia, ideología y concepción: el ultra liberalismo. Por lo tanto no piensan en
términos de soberanía nacional, lo mismo pasó con el debate de Malvinas, y
ahora vuelve a aparecer la discusión con el spot publicitario que se filmó
sobre las islas.
Me parece que en el interior de una sociedad hay distintas
concepciones ideológicas, y está bien que aparezcan, que se expresen y muestren
como piensan el país, porque ese sector, que hoy puede aparecer como
minoritario dominó la vida argentina de las últimas décadas. Recién en el 2003
es que hay un giro importantísimo en términos estructurales, concepción,
recuperación del estado, ideología, sociedad, que van conduciendo a la Argentina
hacia otra lógica. Desde 1976 hasta 2003 dominó una concepción que termino
cristalizándose en el neoliberalismo, la convertibilidad, lo que fueron las
políticas del menemismo en los 90, políticas de desindustrialización, extranjerización
de la economía, que terminaron en una catástrofe social.
Siguen existiendo esos sectores que tienen poder económico, mediático,
capacidad de comunicación, y que por lo tanto expresan públicamente lo que
piensan respecto a la sociedad. Esos sectores hoy encuentran su lugar
emblemático en medios de comunicación importantes de la ciudad de Buenos Aires
como lo son La Nación y Clarín por ejemplo, todavía más La Nación respecto a
YPF porque ideológicamente es un diario liberal-conservador, concibe al mundo
desde una óptica privatizadora. Entonces el entorno de decisión que es
nacionalizar una empresa clave que tiene que ver con la construcción de la
soberanía hidrocarburífera, la concepción ideológica de La Nación que es, insisto,
economía de mercado, ultraliberalismo, privatización, es antagónico, y por lo
tanto expresa el antagonismo.
No existen sociedades donde todos piensan de la misma
manera, eso sería espantoso por otro lado. En la Argentina estos últimos años,
la recuperación del lenguaje político ha puesto en evidencia que hay
diferencias, distintos proyectos de nación, y que esos proyectos en litigio
expresan concepciones tan diferenciadas que exigen de cada uno de nosotros que
asumamos posiciones, tomemos posiciones y hagamos nuestra propia
interpretaciones de lo que esta sucediente.
Viendo como el estado
español puso la expropiación de YPF como una causa nacional, un golpe a todos
los españoles ¿Están viviendo los gobiernos neoliberales europeos como los del
PP o el Forza Italia un proceso parecido al de la Argentina de los 90,
magnificado siendo ellos potencia?
Sin dudas Europa está viviendo bajo la hegemonía neoliberal,
del capital financiero. La crisis desatada en el 2008 fue generada por la especulación
financiera y la matriz neoliberal, y el rescate que se hizo fue el rescate de
los bancos y de las financieras, en detrimento de las políticas sociales y de
los propios pueblos. Lo que está pasando en Grecia, España, Italia, son
programas de ajuste brutales.
Salvando la buena noticia hoy de que perdió Sarkozy en
Francia, una derecha neoliberal, y ganó un socialismo, que habrá que ver si está
a la altura de salir de la dependencia que los socialismos europeos tuvieron de
la matriz neoliberal, porque el socialismo español con Zapatero hizo primero
los deberes que le exigía el banco europeo y la comunidad europea y le preparó
el terreno a la derecha de Rajoy. Ojala que Hollande y el socialismo francés
recuperen sus mejores tradiciones y vuelvan sobre políticas sociales,
recuperación del estado, y le planteen una crítica fuerte al modelo
financiarista que está programado sobretodo por Alemania.
Europa lo está pasando bajo otras condiciones, porque es
otra historia, otras circunstancias, pero no muy diferente a lo que la
Argentina vino sucediendo desde el 76 en adelante, con una profundización
neoliberal en los años 90. A nosotros nos costó mucho tiempo, mucho sufrimiento
social, salir de esas políticas e iniciar un largo, costoso y difícil camino de
reconstrucción, porque no es solo reconstrucción económica, es también de la
vida social, cultural, política. Ninguna sociedad sale de estos procesos sin
daño, este suele ser muy profundo, y si a eso le agregamos que en la Argentina
el daño se inició nada más ni nada menos que por una dictadura genocida, bueno,
salir de esa historia fue un proceso que nos costó mucho, que tuvo un 2001
donde estalló todo, y quedaron en descubierto la miseria de gran parte de la
sociedad Argentina. Después se abrió un camino que se inició en el 2003, también
muy complejo, en gran medida inesperado, que fue contracorriente, que comenzó a
realizar esa inercia brutal y decadente de la historia argentina dominada por
el poder, el establishment económico.
Todavía en muchas provincias sigue habiendo estructuras
feudales, formas de dominación, apropiación de la tierra, expansión indebida de
la frontera sojera. En Santiago del Estero no dejan de tener problemas con las
comunidades originarias y con los pequeños campesinos que defienden su tierra frente al avance
inmisericorde de los señores feudales de la soja, también allí hay problemas.
Pero al mismo tiempo sentimos que en nuestra sociedad hay de nuevo actores
sociales, políticos, rol del estado, un proyecto nacional que va avanzando en
el sentido de una mayor inclusión, concepto de igualdad, una reconstrucción del
estado. En Europa, hoy están en sintonía completamente opuesta, están todavía
bajo el dominio de la ficción del mercado. Están las poblaciones aterrorizadas
por el poder económico, porque para que este poder pueda triunfar necesita los
instrumentos del atemorizamiento mediático y económico, que la sociedad pida el
ajuste. El ajuste que le va a clavar puñal tras puñal lo pide la propia
sociedad.
Hoy estamos en otra historia, con otras posibilidades, con
otro horizonte. En el interior ese nuevo horizonte se abre la decisión
histórica de YPF, de la misma manera que previamente se llevó adelante la
reforma de la carta orgánica del Banco Central, que también es otra decisión
muy importante, porque es una movida directa y un golpe fuerte al modelo
neoliberal, y previamente fue la asignación universal, la ley de medios, y a
recuperación del sistema jubilatorio, eso marca que estamos en otra historia.
Como marcabas,
nosotros también vemos una fuerte diferencia entre el proyecto nacional con los
proyectos provinciales, por ejemplo los del Noroeste, alineados al gobierno,
pero uno los ve en otra política, más de derecha, donde siguen los monopolios
mediáticos, y no vemos aplicación de las políticas nacionales en las provincias.
Yo creo que el gobierno nacional está por delante de gran
parte de la sociedad. Tiene un proyecto de reconstrucción nacional y
latinoamericano, que va mucho más rápido, y que en realidad va a contrapelo de
los modelos ideológicos y de las estructuras de poder que siguen prevaleciendo
incluso en el interior de muchas provincias cuyos gobernadores son
supuestamente aliados del gobierno nacional. Sin embargo hay claramente una
disidencia, una diferencia.
El gobierno nacional tiene una concepción, una praxis democrática,
una idea de país, de sociedad, que no se corresponde con cuestiones de
continuidad de formas arcaicas de poder semi feudales, como siguen existiendo
en muchas provincias con efectivamente un poder político judicial profundamente vinculado con el poder económico.
La lucha del gobierno nacional viene dando contra las
corporaciones, no se corresponde exactamente con lo que pasa en las provincias
donde las distintas corporaciones, cada una en cuestión de la realidad de las
distintas provincias. Vos lo decís muy bien, en la mayoría de las provincias la
concentración mediática es casi la voz univoca de sectores reaccionarios, los
que dominan la gran prensa y los canales de cable, mientras que el gobierno
nacional viene expresando una política totalmente distinta a eso.
Lo mismo en otros ordenes, en generar movilización política,
movilización social. La semana pasada hubo un acto extremadamente importante y
significativo en la cancha de Velez Sarfield en capital federal, con más de 100
mil participantes de confluencias de movimientos políticos, sociales y
juveniles, que expresa justamente esta necesidad y búsqueda de cambio y
transformación que se está operando como proyecto nacional. Eso todavía no se
corresponde de verdad con lo que sigue siendo la continuidad de caciquismos
políticos en una parte no menor de la política.
El proceso no es fácil, es a largo plazo, las cosas no se
cambian de la noche a la mañana. Hay estructuras que tienen mucho peso específico,
poderes económicos, jurídicos, religiosos. El papel de la iglesia en gran parte
de esas provincias es muy potente, en Salta por ejemplo han reintroducido la
enseñanza religiosa en la escuela pública, es decir, ha retrocedido al debate
anterior del laicismo en la educación, que es del siglo XIX. Y así podemos
encontrarnos con otras problemáticas, como lo que ha sucedido con algunos
movimientos campesinos en la provincia de ustedes o en Formosa.
Todo esto significa que todos aquellos que creemos en una sociedad más equitativa, en un movimiento
popular, de raíz nacional, latinoamericana y emancipadora, tenemos que estar
atentos a seguir construyendo una fuerza política que logre expandirse por la
totalidad del país. Cristina está por delante de eso, tiene la capacidad de
generar acontecimientos que de alguna manera no estaban previamente en la
sociedad, que no dejan de sorprendernos. Esto de alguna manera es así, lo
importante es que cada paso potente, cada paso arriesgado que da el gobierno
nacional pueda ser también un paso que mejore las condiciones de vida de los
argentinos, sobretodo de los más débiles,
y que al mismo tiempo avance sobre el proceso de democratización, en
partes fundamentales de nuestro país donde todavía la democracia está dominada
por esos caciquismos o esos feudalismos que persisten.
Se habla que ahora
que la Argentina se salió, más o menos, aun no del todo, de las políticas neoliberales,
seguir al FMI, el Banco Mundial, etc, se debe armar un bloque latinoamericano
junto con los países del ALBA, y demás estados alineados con nuestras políticas
¿Ese es el futuro de Argentina en política internacional?
No cabe duda, me parece que hace ya tiempo, y que esa fue la
gran visión también de Néstor Kirchner, que la Argentina tiene un destino
sudamericano, que su interés estratégico, político, cultural, económico y
soberano está relacionado con la construcción de un proyecto compartido con el
resto de las naciones de Sudamérica, con Brasil, Bolivia, Paraguay, Ecuador,
Venezuela, Uruguay, Perú, con todos aquellos países que estén interesados
realmente en ser parte de un proyecto compartido. Primer porque hay cuestiones
históricas, culturales, que vienen desde el origen de nuestras propias
nacionales, y después porque en términos económicos, estratégicos, es
fundamental, es un mercado común que le es imprescindible al conjunto de las
naciones sudamericanas. Por ejemplo, cuando Argentina reclama la soberanía
sobre Malvinas, y dice que es de interés sudamericano, lo está diciendo porque
efectivamente, la cuestión energética, del petróleo, geo política, muestra que
la Argentina no es solo un país aislado de espaldas a Sudamérica, sino que es
parte de Sudamérica.
Esto tiene que ver con un cambio que se ha venido dando en
los últimos años. La Argentina siempre se pensó en la nación blanca en un
continente que no tenía nada que ver con su historia europea, con su manera de
ver el mundo. Por suerte eso ha cambiado, y hoy el proyecto político, cultural
y económico está ligado a un proyecto de Patria Grande. Unasur es una construcción
de la que la Argentina ha sido una pieza fundamental. La alianza estratégica
con el Brasil, que ha cambiado una historia de décadas de sospechas,
desencuentros y enfrentamientos. Hoy la Argentina sabe que Brasil es un socio
clave decisivo, y lo mismo pasa con el resto de los países de la región, frente
a un mundo que es multipolar, que exige
un trabajo común de las naciones que tienen un destino compartido para
ser más fuerte a la hora de disputar de un mercado mundial, que es implacable e
impiadoso.
Entonces entiendo que el latinoamericanismo no es solamente
una retórica, una teoría, sino que es básicamente una decisión político-estratégica
notable y Cristina, como Néstor Kirchner antes, expresan esa visión.
Y en todo este movimiento
latinoamericano (sin contar Centroamérica
que tal vez tiene un procesos distinto)
dentro de lo que es Sudamérica ¿Qué papel juegan Chile y Colombia que
siguen alineados al FMI y al Mercado Mundial?
Chile y Colombia son dos países que siguen viendo el mundo
en una medida bajo la matriz neoliberal, aunque Colombia ha ido viendo que sus
intereses económicos pueden estar vinculados a la región me parece que no es la misma lógica de otras
épocas donde lo irreconciliable volvía imposible la vinculación. Hoy yo creo
que Colombia tiene un lugar y puede tenerlo, aunque ha firmado un acuerdo de
libre comercio con EEUU, Canadá, y México. Esta fuera de la sintonía latinoamericanista
que hoy atraviesa Argentina, Brasil, Venezuela,
Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay,
etc.
Chile tiene un gobierno de una derecha empresarial-liberal,
y marca también otra mirada de la realidad. Esto es así, uno tiene que
acostumbrarse a que hay diversidad política ideológica, hay que tratar de
encontrar los puntos de acuerdo y saber respetar las diferencias.
Volviendo al plano
nacional, analizando la oposición que esta tan dispersa y no ha sabido
transmitir un mensaje claro ¿Hay hoy alguna oposición sana que de un mensaje y
pueda transmitir una posibilidad de alternancia?
Mira, ojala que lo que sucedió el otro día en el congreso,
la independencia con la que la oposición decidió su voto, no escuchando a los
grandes medios de comunicación, saliendo de esa agenda impuesta por la corporación
mediática, le permita construirse como una oposición que ejerce su lugar de oposición
y no es simplemente títere o correa de transmisión de lo que la corporación mediática
le plantea.
El problema de la oposición argentina es que carece de voz
propia, perfil propio. Cuando quiere tener un perfil lo hace de una manera tan
salvaje, tan desmesurada, tan loca, en una instancia como lo puede ser Lilita Carrió,
que termina diluyéndose en su propia verborragia apocalíptica.
El radicalismo hace mucho tiempo que es un partido que se enfrenta
a una crisis tras otra, que a perdido personalidad,
identidad, que se ha convertido en muchos momentos casi en un partido conservador,
que ha perdido ese momento quizás de mayor recuperación de alguna transición progresista
que tuvo alguna vez con el Alfonsinismo , para convertirse después en el
partido que llevó al desastre del 2001 con de la Rúa, y en el partido que los últimos
años simplemente se dejaba conducir por la agenda mediática. Espero también que
el radicalismo, o una parte del radicalismo recobre la memoria de algunas de
sus viejas tradiciones Yrigoyenista. Es difícil, porque hace mucho que se ha
convertido en un partido que no puede o que ya no tiene dentro suyo ninguna experiencia
transformadora, salvo expresar a sectores del poder de la sociedad argentina.
Pero bueno, sigue siendo importante y fundamental para la
democracia que haya una oposición que sea capaz de producir su propio discurso,
de ofrecerla a la sociedad su propio proyecto, que no sea deudora y dependiente
pura y exclusivamente del poder corporativo. Por eso fracasó el famoso Grupo A,
que emergió de las elecciones de junio del 2009, ya que se intentó construir
una oposición en abstracto entre núcleos políticos que tenían identidades
completamente desencontradas, no llegó a ningún lado por supuesto.
Estamos en un momento en el que en realidad, es el gobierno,
el Kirchnerismo, el que genera políticas en Argentina, el que genera
contundentemente acciones que producen efectos
en la escena de la vida; y una oposición que va detrás, muchas veces solo detrás
de lo que le dice la corporación mediática, salvo en el caso de YPF que era tan
obvio el apoyo popular, porque es parte de la historia del país, tan fuerte la
demanda de que se hiciera lo que se hizo, que la oposición tuvo que acompañar en
su inmensa mayoría salvando insisto, esos núcleos duros del ultraliberalismo
que se esconden atrás del PRO.
¿Ves algún crecimiento
en el área de los representantes de la horizontalidad política como la
izquierda independiente y las asambleas populares desde el 2001?
A ver, me parece que el 2001 fue un lugar interesante, un
laboratorio valioso respecto a lo que implicaba una crisis muy profunda de la política,
la representación, las formas tradicionales de la política. Hubieron aquellas
experiencias de las asambleas de cierta espontanea movilización social.
Creo que el problema es que por un lado están los partidos
tradicionales de la izquierda radicalizada digamos, que siguen pensando el
mundo de la misma manera que lo pensaban hace 30, 40, 70 años, que no han
modificado su estructura y mirada de la sociedad, siguen construyendo una
manera simplificadora su interpretación la
realidad histórica, política, social, cultural y económica, y no salen de ser,
en la mayoría de los casos, izquierda testimonial. Incluso cuando comandan algún
conflicto social, alguna huelga, no saben cómo terminarla porque llegan a un
momento donde no encuentran la relación entre su proyecto de todo o nada, de revolución
o nada, y una pelea que tiene que ver con cuestiones parciales,
reivindicaciones, etc.
Siempre es valioso que haya movimientos sociales, vida en el
interior sobretodo de los sectores populares, y que esa vida no quede solamente
concentrada en proyectos políticos súper estructurales. Pero me parece que lo
mejor que le ha sucedido a un proyecto de transformación en la Argentina es que
haya regresado la necesidad de pensar políticamente, organizar políticamente y
reconstruir ese lenguaje de la política. Por eso pienso que, la lógica de la pura
horizontalidad o del puro asambleísmo está más vinculada a la matriz neoliberal
de los años 90 y al conflicto que se planteaba en el interior de una sociedad
neoliberal, que al conflicto propio de una sociedad como la nuestra, donde se
va reconstruyendo el estado, la vida social económica, la vida político cultural, y la
conflictividad pasa por otro lado.
Nicolás Salvi
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