Osvaldo Bayer: “El coraje civil como periodista hay que pagarlo”



04/04/2014. Osvaldo Bayer es historiador, escritor y periodista. Nacido en 1927, autor de ensayos y obras fundamentales como “Los Vengadores de la Patagonia Trágica”, y ferviente militante del socialismo libertario, Bayer es hoy uno de los intelectuales más importantes de la Argentina y el mundo. Por Nicolás Salvi.

Entrevista a Osvaldo Bayer en Café del Oeste. 21/03/2014




En esta entrevista, con la que inauguramos la temporada 2014 de Café del Oeste, platicamos con el historiador sobre la última película en la que participó: “Simón, el hijo del pueblo”, obra documental sobre la vida del afamado anarquista Simón Radowitzky.
Así mismo, la realidad política latinoamericana y argentina, la actualidad del periodismo y la izquierda, y la trágica situación que siguen padeciendo los pueblos autóctonos en nuestro país, fueron algunos de los temas más importantes que en esta nota tratamos.


¿Cómo entró en el proyecto de la película “Simón, el hijo del pueblo”  y quien es Simón Radowitzky?

Entré al proyecto porque dos jóvenes cineastas y artistas me pidieron por favor los derechos para filmar mi ensayo “Simón Radowitzky, ¿mártir o asesino?” que escribí hace muchos años, y les dije que si por supuesto. Hicieron un muy buen film, en donde también me pidieron que actuara y escribiera como hice yo la investigación y etc. Ha tenido mucho éxito, acá se ha dado durante muchas semanas en el Cine Goumont.
Simón Radowitzky fue un joven que actuó cuando ocurrió la masacre que hizo el coronel Falcón con los obreros que quisieron festejar el primero de mayo en el año 1909. Falcón fue el jefe de policía, había sido el mejor oficial del ejército argentino en la masacre que hicieron con los pueblos originarios con Roca.
70 mil obreros marcharon hacia la Plaza del Congreso, y el coronel Falcón ordenó a la infantería de la policía de la capital hacer una salva contra los primeros obreros que iban marchando, haciendo una matanza.
Fue una verdadera masacre, porque además era una manifestación anarquista, quienes siempre llevaban a sus mujeres y niños a las manifestaciones para que también fueran protagonistas, que estuvieran allí, así que también cayeron mujeres y niños.
Este hombre siguió siendo jefe de policía, el gobierno de la Argentina no hizo absolutamente nada por estas cosas que había realizado. Un joven anarquista (Radowitzky) lo esperó 9 meses después a la salida del cementerio de Recoleta. Lo espera y le tira una bomba, como hacían los anarquistas que decían que la bomba era la expresión de la ira del pueblo contra los represores. Esa bomba estalla, el coronel vuela en el aire junto a su secretario, y cae muerto. La policía lo persigue a Radowitzky, lo toman preso, le hacen juicio, y lo condenan a muerte, porque calcularon que tenía 23 años, aunque él decía que tenía 18. Hasta que finalmente un pariente de Radowitzky trajo de Rusia la partida de nacimiento y demostró que tenía 18 años recién cumplidos, quedando exento a la pena de muerte. Pero es condenado a prisión perpetua y enviado a Ushuaia.
Estuvo 21 años preso en Ushuaia. Hubo aspiraciones de los anarquistas para liberarlo, pero fallaron en sus intentos. Posteriormente, en el segundo gobierno de Yrigoyen en el año 30, los sindicatos anarquistas hacen un paro general en la República por la libertad de Radowitzky, principalmente los molinos harineros.
Yrigoyen se niega a pactar, pero la ciudad de Buenos Aires se queda sin pan por ejemplo, y tuvo que ceder. Llamó a los sindicalistas y les preguntó qué es lo que deseaban, y  ellos pidieron la libertad de Radowitzky. Yrigoyen accede, se envía un buque de guerra a Tierra del Fuego para traerlo a Radowitzky a la libertad. El buque de guerra llega al Río de la Plata, hace parar a un buque de carga que iba a Montevideo, lo cargan en este a Montevideo y allí lo desembarcan. Así que Yrigoyen cumple a medias el pacto.
Radowitzky en el Uruguay es detenido y estuvo 2 años en una prisión hasta que los abogados logran su libertad. Pasa unos años en Montevideo, luego en Brasil, y cuando la guerra civil española comienza en el 36, él se va a España a combatir por la Republica contra el fascista Franco. La Republica es vencida por el fascista, y entonces tiene que emigrar, primero a Francia y luego a México.
En México Radowitzky pide trabajar en una fábrica de juguetes, y así va a trabajar varios años en esa fábrica hasta que muere a los 81 años.
Los anarquistas siempre dijeron que Radowitzky era un hijo del pueblo.


Hablando de anarquismo, usted se define como anarquista, pero ese término lleva a muchas confusiones. Uno vulgarmente dice anarquista y viene a la mente alguien problemático que no quiere las leyes. No creo que se defina de esa manera usted.

En si están mal designados, se tendrían que denominar “libertarios”. Porque los libertarios quieren el socialismo pero en libertad, jamás una dictadura del proletariado como querían los marxistas leninistas. Están contra toda dictadura, y también contra todo mandato de gobernadores y lo que fuera. Todo tiene que resolverse en asamblea, y ningún político puede estar más de 2 años en el mando igual que los delegados obreros. Cuando terminan los 2 años tienen que volver a sus bases o fabricas a trabajar, porque sino realmente pesa el individualismo.
Yo creo que es la mejor idea de democracia, libertad e igualdad.


¿Cuándo comenzó a comulgar con las ideas del socialismo libertario?

En la posguerra me trasladé a Alemania para estudiar la carrera de historia. Los estudiantes alemanes en su gran parte se habían vuelto totalmente antinazis ante las experiencias espantosas de la guerra. Buscaban teorías políticas de más democracia y verdadera democracia. Había un gran movimiento anarquista entre ellos.
Integre sus filas para aprender, para estudiar que era el anarquismo, y me entusiasmo. Creo que es lo mejor, lo más libre y justo, en cuanto a sistema.


Ya que hablamos de la izquierda ¿Cómo ve la actualidad de la izquierda argentina y de la latinoamericana que ha tenido distintos virajes estos últimos años?

Realmente Latinoamérica es otra comparada con 20 o 30 años atrás, ha habido mucho movimientos. Hay gobiernos como el de Correa en Ecuador, que es un gobierno muy limpio que está iniciando el socialismo; también en Venezuela hay un gobierno socialista con muchas dificultades; y en otros países se ha elegido la izquierda. Mire Uruguay que tiene como máximo gobernante a un hombre que estuvo 13 años en prisión y fue Tupamaro. Hasta ahora no ha hecho mucho el señor Mujica, pero de cualquier manera el pueblo uruguayo ha votado a la izquierda.
También en Chile se ha votado en la izquierda y en otros países latinoamericanos, se ve que hay un cambio comparado a otras décadas.


¿Y a este gobierno actual de la Argentina como lo ve? Puesto que como todo gobierno peronista trae discusiones, en las que la izquierda lo define como la derecha salvaje y la derecha como la izquierda salvaje.

Claro, este gobierno ha hecho cosas que otros gobiernos no fueron capaces, como es llevar a la justicia a los criminales de la última dictadura. Por primera vez en la historia argentina un dictador ha muerto en una cárcel común. Eso ya es un paso adelante, ha demostrado el coraje civil en ese aspecto.
Pero realmente hay cosas muy lamentables también. Hay un cierto grado de corrupción y una oposición que se opone a todo. De manera que los argentinos tenemos un problema grave que debemos solucionar.


Tal vez se podría considerar una inmadurez democrática de los argentinos, de los partidos o de la clase política.

Si, el pueblo argentino ha cambiado tanto… En 1903, la Capital Federal elegía al primer diputado socialista de Latinoamérica, Alfredo Palacios. Tantos años después, más de 100 años, se elige a Macri, un hombre ultraconservador.


¿Cómo ve el crecimiento de la izquierda trotskista que hoy se ha decantado por presentarse a las elecciones?

Me parece un movimiento interesante. Le ha dado la posibilidad de hacerse conocida, pero todavía sigue siendo una minoría absoluta. Tienen mucha actividad, a veces más que los grandes partidos conservadores, radicales o liberales.
Realmente siempre están en la lucha esa gente, yo les tengo un gran respeto.


Usted también es periodista, todavía trabaja como periodista ¿Cómo ve la realidad del periodismo en la actualidad sobre todo después de la Ley de Medios que ha llevado a varios debates?

Mire, el periodismo tendría que ser absolutamente libre y pertenecer a grupos profesionales de periodistas, y no a empresas privadas. Jamás habría que permitirle a una empresa tener más de un medio, eso es verdadera democracia, y no como en la Argentina donde una señora que no sabe nada de periodismo, pero que enviudo de un fundador de un diario, tiene toda una cadena de medios. Eso no es democracia.
 Cada difusor de periodismo tendría que pertenecer a periodistas, principalmente a cooperativas de periodistas profesionales independientes, y no a empresas comerciales.


¿Le afecta la pelea Clarín-Gobierno? Como por ejemplo cuando uno opina algo en contra del gobierno y ya se lo tilda como un opositor acérrimo, y viceversa.

Yo soy independiente y digo la verdad que siento después de un análisis, pero claro, esto me lleva a que la mayoría de los medios me desconozcan completamente. En Clarín donde trabaje 12 años y fui echado por el administrador que tienen, jamás me mencionan, ni ninguna película, obra de teatro o libro que he hecho. El coraje civil como periodista hay que pagarlo.


Desde que usted tenía el diario La Chispa en Esquel ha llevado una fuerte lucha para conseguir el respeto por los derechos de los pueblos originarios ¿Cómo ve esta lucha desde ese tiempo hasta hoy? ¿Ha habido cambios profundos en la situación del colonialismo mental que tenemos? 

No, políticamente no, desgraciadamente se sigue sin reconocer los derechos de los pueblos originarios, el derecho a sus tierras originales. Esa es una pena, es decir, que si viene una gran empresa con dólares, compra tranquilamente esos territorios y así se talan los bosques, y no se respetan ninguno de los derechos. Porque claro, los pueblos originarios no tienen sentido de la propiedad, no tienen títulos de propiedad, ocupan esas tierras desde hace siglos. Entonces los sacan de allí y les quitan las tierras. Es algo que yo le reprocho a este gobierno.


Claro, es una locura tener una estatua de Roca en el corazón de la Patagonia. Sería como hoy tener una estatua de Videla en la plaza de mayo.

Exactamente, igual. Ya hemos logrado sacarle en 26 pueblos y ciudades el nombre a las calles principales que se llamaban Roca.  Pero hay muchísimo todavía, el monumento más grande de la Capital Federal sigue siendo el monumento a Roca.

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En la audio-nota podrán escuchar la entrevista completa.

Nicolás Salvi

Café del Oeste

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