Martin Giner: “El humor es un muy buen canal de comunicación para que el público este abierto a tu concepto”


ENTREVISTA A MARTIN GINER


Martin Giner, joven dramaturgo y director, ha sabido combinar en su prolífica carrera el humor con profundos pensamientos, siendo a esta altura una de las figuras más importantes del teatro tucumano, alcanzando de igual forma escenarios de todo el país y el exterior. Siempre en plena investigación alejándose de los lugares comunes, Giner es hoy una las piezas claves de la construcción cultural de la provincia. Por ContraPunto.

¿Qué es escribir teatro?

En realidad, primero es escribir y después es escribir para teatro. A mí me gusta escribir, el proceso personal interno de búsqueda que es organizar una historia para un fin. De ahí el soporte que más se ajusta a lo que a mí me gusta es el teatro.

¿Cómo llegaste a escribir teatro?

Como nos pasa a todos en la adolescencia que empezás a escribir algunas cosas, escribía cuentos. Yo iba en ese momento a una iglesia evangélica, donde arme un sketch que no tenía nada de religioso, era de humor, y lo actuamos con mi hermana. La gente de la iglesia, muy buena onda nos pagó al grupo de chicos que estábamos ahí unas clases de teatro con Ricardo Podazza. En el taller con Ricardo me gustó mucho el teatro, entonces me di cuenta que era lo mejor escribir teatro.

Pasados más de 10 años de carrera ¿Qué es lo que notas de tu primera obra a esta última que estas escribiendo?

Creo que la primera diferencia que noto es que ahora me animo a investigar, a jugarme y a probar otras cosas. Al principio vos querés armar algo que funcione, que este bien, cuando uno empieza trata de ser correcto por lo menos. Ya después pasa el tiempo, y ves que por ahí “correcto” sale, pero no es suficiente. Ahí empieza la búsqueda, te animas a jugarte con algunas cosas, con otras. Lo bueno es que es que también uno va conociendo su mecanismo, su sistema a la hora de escribir. Te vas conociendo como funcionas vos, uno ya tiene su rutina, su sistema y su mecanismo para armar el laburo.

¿Cómo es tu mecanismo en el momento de creación?

Hay una frase muy buena que dice “cuando llegue la musa, más vale que nos encuentre trabajando”. A mí me ha costado y me cuesta mucho armar mi rutina, respetar mi sistema y los tiempos. Ahora ya tengo horarios de trabajo donde me siento escribir. A veces soy muy productivo, me funciona re bien la mañana y avanzo un montón con el trabajo, otras no. Primero eso, y después laburar con mucha libertad. A veces me gusta una imagen, una canción que esta buena, o hay una frase, un personaje, y alrededor de eso empiezo a construir.

Además del teatro ¿Tomas inspiración de otras artes? 

Hace un tiempo venía trabajando bastante con la pintura, más que con pintores, con corrientes de pintores. Por ejemplo en “Medio Pueblo” me pareció muy interesante el tema del puntillismo, esta cosa de que una imagen completa es formada por puntitos individuales con su propia personalidad cada uno, pero que viéndola de lejos transforma otra cosa, y esos puntitos suman. Es un concepto muy lindo, muy interesante. Entonces me dio por escribir una obra así (Medio Pueblo), que es la historia de un pueblo dividido a la mitad: la mitad antigua y la mitad moderna. La historia está contada narrando la historia de cada uno de todos los personajes del pueblo. La obra eran 50 muñecos de trapo,  todos diferentes, donde el actor representaba y contaba la mini historia de los personajes, y usaba eso como prólogo para la acción. O sea, nosotros conocemos la historia de cada uno individualmente, y eso nos da la imagen tal de cómo era este pueblo, sin decirlo.

¿Disfrutas viendo tus obras?

Si, pasa que cuando vos miras tu trabajo obviamente lo que más te salta son los defectos, los detalles a mejorar. Pero si disfruto, más que nada porque a diferencia de otros géneros literarios, lo que tiene la dramaturgia es que el trabajo está terminado cuando esta frente al público y está en marcha. Cuando yo escribo una obra la escribo pensando en el público. Yo disfruto mucho de ver el todo, no miro solo el escenario, miro la sala. La obra no se termina cuando se cerró el telón, sino que va terminando cuando la gente va saliendo de la sala conversando, está comiendo una pizza y le queda una ficha de la obra y la conversan. Es mucho más largo.

¿Por qué el humor?

Porque el humor es muy buen canal de comunicación. Para empezar, el humor es un desafío al ingenio, hay cierto tipo de humores que no, pero no nos estamos refiriendo a esos. El humor hace que tengas que esforzar el ingenio, ya que tiene sus mecanismos, sus formas. Cada gag, cada chiste es como crear una pequeña maquinaria que va dentro de una gran maquinaria, y encima esta pequeña maquinaria se tiene que relacionar con todo lo general, es complejo. Yo creo que el público lo agradece al humor elaborado. Por otro lado, eso hace que el público sea mucho más receptivo a tu concepto. La obra trabaja como a niveles, tiramos una anécdota que lleva y que entretiene, pero tiene que haber un concepto para que sostenga eso y no sea una historia vacía. El humor es un muy buen canal de comunicación para que el público este abierto a tu concepto, y por concepto no digo moraleja. No es que uno escribe una obra para aleccionar sobre algo, porque uno no tiene más autoridad que nadie, pero si comparte una idea, una sensación,
una molestia. Ese sería el concepto.

¿Todavía te consideras parte del under o ya te sentís parte del mainstream tucumano junto a Leonardo Goloboff y Rafael Nofal?

(Risas) no, no sé, yo hago la mía. Si consigo sala para trabajar en El Árbol trabajo ahí, si eso se considera under, por ahí estoy en el under. Muchos años, casi todos, he puesto en el Centro Cultural Virla, que se considera obviamente  muchísimo menos under, pero yo trabajo ahí porque me gusta la sala, que en mis obras se vea el piso del escenario, y el Virla tiene eso. Y a riesgo de sonar muy burgués, tiene lindo lindos camarines, una cabina cómoda de donde uno puede ver el público y escuchar la obra, trabajar tranquilo, la gente puede esperar tranquila afuera. A mí la verdad me gustan las salas donde puedo trabajar cómodo. Ahora estoy dirigiendo el estable, ya menos under que eso es imposible, menos under que eso es traerla a Moría Casan y trabajar en el San Martin.


Publicada en edición impresa CP34
Disponible en: http://issuu.com/contrapuntodigital
ContraPunto Prensa Alternativa

0 mentions:

Publicar un comentario

Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Enterprise Project Management