13/03/2013. El último fin de semana se vivió otra fecha de
los torneos de fútbol argentino que tanto nos atrapa, entusiasma, y nos hace
renegar al mismo tiempo. Hubo de todo: buenos partidos, malos partidos, goles
(y muchos golazos), técnicos que se fueron, pibes debutando en las redes,
sueños de campeonato, y algo a lo que lamentablemente nos fuimos acostumbrando en el deporte, y esto es, LA VIOLENCIA. Por
Gonzalo Ramón.
Uso la palabra violencia para abarcar a los
diferentes hechos que se naturalizaron en el futbol y muchos otros deportes
populares en nuestro país. Para encontrar ejemplos basta remontarnos a lo que
pasó a lo largo de las últimas semanas con enfrentamientos entre “hinchas”,
suspensiones de partidos, asesinatos e intentos fallidos, venganzas por
problemas internos entre “hinchas pagos” de un mismo equipo, romper el vidrio
de la cabina del relator (sigo preguntándome qué clase de culpa tiene un
relator por el desarrollo del juego), y muchas cosas más que tuvieron menos
difusión.
Lejos quedó la época en que los técnicos y
jugadores podían “chicanear” a los rivales, o hacer esas declaraciones
polémicas durante la semana que forman parte del folklore futbolero, porque la
mecha siempre es corta y la menor chispa puede desencadenar lo peor. Con lo
dicho anteriormente, a uno se le viene a la cabeza la imagen de Ramón Díaz y
sus polémicas declaraciones contra algunos rivales como Boca, cosa que ya no
puede hacer en estos tiempos convulsionados.
Al hacer un repaso, podemos ver que hay algo
en común con estos acontecimientos que rodean al futbol local, los barrabravas.
Estos mercenarios que se hacen llamar hinchas, llevan las banderas y se pueden ver en las populares durante los
partidos. Lo que estos “hinchas” no dicen es que los rodea un negocio de
cientos de miles de pesos, lo cual es un provocador de luchas internas por el
poder de esas ganancias. Este dinero sale de los dirigentes de clubes que los
mantienen pagándoles los viajes, las entradas, y algún que otro trabajito (como
provocar un clima violento para desestabilizar al dirigente que no les quiere
pagar tanto). A lo largo de los años aumentaron su repertorio y ya no solo se
encargan de la violencia en las tribunas, hoy en día son muchos los casos de
homicidios, venta de drogas, robos y otros actos criminales.
Pero ¿Hay soluciones? Sin duda existen, pero
también tenemos que tener en cuenta que son muchos los problemas que rodean el
clima que se vive. Algo que se está planteando en estos días es que se juegue
sin público visitante, ya implementado en la B Nacional, y que seguro traerá el
enojo del seguidor autentico ¿Soluciona algo? En parte sí, porque la mitad de
las entradas del visitante van a caer gratuitamente en mano de los barras, pero
vale aclarar que esto no soluciona toda la problemática. Para poder dar un verdadero
puntapié inicial contra todo esto se necesita la colaboración del Estado, los
dirigentes de los clubes y de los hinchas (en ese orden) y así disfrutar en paz
del espectáculo que tanto apasiona. Ideas
hay muchas y todas son bienvenidas para que poco a poco sea algo común ver a
las familias y a los hinchas auténticos colmando las canchas, y volver a ese
sano folklore futbolero argento.
Gonzalo Ramón
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