Cada vez que veo un artista que me gusta: A) me obsesiono y me enamoro profundamente o B) me canso y no escucho su música por meses. Con Zaz fue un A++, y por eso no puedo dejar mis subjetividades de lado en esta nota, sepan disculpar mi entusiasmo. Por Ana Sofia Fares
Cuando me confirmaron la fecha de mis pasajes a Córdoba, repase el tour y ahí estaba! La suerte estaba de mi lado, porque a mi única noche en esa provincia después de 5 años, la compartía con Isabelle Geffroy, más conocida por su nombre artístico Zaz. Después de soñar con verla en Niceto aquella vez, y de escucharla y bailarla por toda mi casa durante años, se me había dado la posibilidad de comprar la entrada y corear en vivo letras mal pronunciadas con mi nulo francés. Por fin nos encontrábamos.
La cantante francesa se presentó en el Espacio Quality en la ciudad de Córdoba el día sábado 14 de Marzo. Cuenta con 3 discos actualmente: Zaz (2010), Recto Verso (2013) y Paris (2014). Su estilo es el Gypsy Jazz, la Chanson, el Folk y la Balada. Empezó su carrera de cantante en el año 2001, pero no fue hasta 2010 que salto al estrellato. Siempre intenta mantener la lógica entre su discurso y sus actos, se caracteriza por ser anticapitalista y lucir siempre sencilla y despreocupada. A pesar de sus 34 años parece una jovencita con hambre de viajar y amar, trasmite paz y tranquilidad con su voz y tiene una mirada profunda y una cara expresiva que la acompaña durante todas sus interpretaciones. El dato jugoso: es hija de una profesora de español, y sospecho que por eso se hizo entender tan bien durante el recital.
El día había llegado, el recital estaba anunciado a las 21.30, y no se hizo esperar mucho porque, sin banda telonera, a las 21.50 ya estaba ella en el escenario. Con su primer vestido de tres que usaría durante todo el show, abrió con “On ira” junto a esa virtuosa banda que se mantuvo siempre a su altura. La cantante armó su propia fiesta durante todo el recital, con un público hechizado por su carisma y simpatía, que fueron los encargados de romper las barreras idiomáticas durante las casi dos horas que duró el concierto.
La solista francesa llenó el gigantesco Espacio Quality, los organizadores calcularon que éramos unas 3500 personas. A pesar del tamaño del lugar, los patios abiertos, y la cantidad de gente, el sonido fue sorprendentemente bueno, y la voz única de Zaz nos hundió en un clima íntimo llegándonos a todos con la misma fuerza, paseando juntos por su discografía.
Un practicado y esforzado español salió varias veces de ese micrófono dominado por su dulce francés. La primera frase en nuestro idioma que logró ponerme la piel de gallina fue: 'No se olviden que somos la memoria de los que ya no tienen'. Concisa y clara hizo estallar en aplausos y gritos al repleto Quality.
La cantante ordenó su concierto en tres partes, guiadas por su cambio de vestuario. En la primera canto temas de su disco Recto verso como “On ira”, “Nous debout” y “Gamine”. Sus impecables y clásicos scat crearon momentos geniales durante el recital y fueron capaces de encender a la gente. “Deterre” cerró esta primera parte, y así Zaz dejo humildemente el escenario a sus compañeros que tuvieron momento para lucirse.
"Como no es posible que ustedes vayan todos a París, vine yo acá", y asi empezó Zaz a viajar junto a nosotros por Paris, su último disco, regalándonos los clásicos “Sous le ciel de Paris” de la mítica Edith Piaf con quien suele comparársela, “Das mon Paris”, “Paris sera toujours Paris”, el famosísimo tema compuesto para la película French Cancan “La complainte de la butte” y “Paris S'eveille”. Esta segunda parte termino con el bolero en español “Historia de un amor”, donde el público, incluyéndome claro, se sacó todas las ganas de cantar a los gritos seguros de la fonética. Gran momento.
"Sé que sola no voy a poder, pero hago mi parte", dijo luchando con el castellano mientras leía de una hoja una leyenda que voy a intentar reproducir si mi memoria, e internet, me ayudan: “Un día que hubo un gran incendio, todos los animales sorprendidos miraban el imponente desastre y corrían aterrados. Sólo el pequeño colibrí decidió actuar y comenzó a traer unas cuantas gotas con su pico para arrojarlas al fuego. Después de observarlo, el armadillo, molesto por estas acciones ridículas, le dijo: “¡Colibrí! ¿Estás loco? Nunca vas a apagar el fuego con unas gotas de agua!" Y el colibrí respondió:" Yo sé que solo no puedo, pero al menos hago mi parte". El colibrí es el ave que da nombre a una fundación a la cual ella dona el dinero recaudado por la venta de su merchandising ¡Vamos Zaz todavía!
Para el cierre dejó su hitazo “Je veux” (en youtube su video oficial cuenta con más de 18 millones de visitas), donde empezamos a saltar y gritar los “paraparaparapaparapapapaparaa” junto con ella. Su energía no se acababa, nos tenía hipnotizados, nadie quería que se termine, pero de repente se fue y todo quedó a oscuras; ni un segundo después se escucharon 3500 voces pidiendo más temas. La cantante, después de 5 eternos minutos de suplicas, nos regaló dos bises antes de dejar el escenario, pero siempre fiel a su estilo, antes de abandonarnos definitivamente aprovechó su llegada masiva y convoco a una colecta solidaria.
Zaz te queremos de vuelta por Argentina, y la próxima mejor si te llegas por Termas o Tucumán.
Por Ana Sofia Fares
para Café del Oeste
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