A pesar de la fuerte presencia de los alimentos del oeste en los países del Este, muchos rumanos prefieren que familiares o conocidos les envíen café y chocolate desde Alemania o Austria, en lugar de ir a comprarlo ellos mismos a la tienda de la esquina. Según ellos, es porque los productos de marcas occidentales que se venden en Rumanía son peores que los de Viena o Múnich. Esta sospecha recibe ahora respaldo científico: un estudio publicado en abril por el Servicio eslovaco de Protección del Consumidor reveló que, en el mercado de Europa del Este (República Checa, Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Bulgaria, Hungría), los productos de marcas como Coca-Cola, Jacobs Krönung, Tchibo Espresso y Nescafé Gold tienen una calidad inferior a los que pueden adquirirse en Alemania y Austria. Por Ruxandra Stanescu.
Misteriosa “confusión”
Glucose-fructose syrup for eastern European Coca Cola | Sucrose for western European Coca Cola
El Servicio de Protección del Consumidor constató, por ejemplo, que la Coca-Cola comprada en Europa del Este contiene un edulcorante llamado isoglucosa, mientras que en Alemania y Austria se elabora con ingredientes más caros: sacarosa y azúcar cristalizado. Coca-Cola se mostró sorprendida por estas acusaciones. Según Ibolya Szabo, senior communication manager de Coca-Cola Europe, la empresa utiliza azúcar cristalizado en Alemania y Austria, al igual que en Rumanía. Dicen haberse quedado “atónitos por los supuestos resultados de laboratorio relativos a la Coca-Cola que se vende en Rumanía” y que investigarán cómo ha podido producirse esta “confusión”. Un portavoz de la central alemana de Coca-Cola declaró además que la “receta que se usa en Alemania desde hace 125 años” es la misma que la de otros países.
Sin embargo, John Dalli, responsable del Servicio eslovaco de Protección del Consumidor, se mostró reservado con respecto a los resultados de la investigación. “El estudio comprende sólo un número limitado de productos, y tampoco sé si los resultados son realmente fiables”, dijo un portavoz de Dalli. “Es totalmente normal que productos de la misma marca se elaboren de forma distinta en países diferentes. Garantizar la calidad es tarea de la empresa.”
Abastecimiento en supermercados alemanes
Entretanto, los comerciantes avispados de Europa del Este sacan provecho de la supuesta poca calidad de los productos. Uno de ellos es Marius Popescu, que no quiere decir su verdadero nombre. Una vez a la semana conduce hasta la frontera germano-austriaca y compra todo lo que esté en oferta en los supermercados en ese momento, desde café y chocolate hasta detergente. La idea de hacer negocios con productos del oeste se le ocurrió tras un viaje a Alemania, del que tuvo que regresar con café para todo el vecindario. Popescu sabe que lo que hace no es necesariamente legal; sin embargo, su negocio prospera y con los ingresos obtenidos pudo conseguir una casa para su familia. Ni ha oído hablar del estudio eslovaco ni le importa.
Ruxandra Stanescu es corresponsal de Journalisten-Netzwerks n-ost
Fuente: www.cafebabel.com
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